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OPINIÓN

EEUU, solidario con los humanistas; la UE, con los pandilleros de la mafia comunista de Cuba

El arte diplomático enfrenta tensiones: Marco Rubio defiende con firmeza su postura ante ataques y expone la crisis cubana con claridad

Por OSCAR ELÍAS BISCET

El arte de la diplomacia política en esta época se evidencia con realismo crudo, lo que era su naturaleza discreta de saber enmascarar los duros hechos y mantener un equilibrio estable, aparentemente armónico, para decir las cosas difíciles a amigos, adversarios o enemigos, ya no lo es. Aquella elegancia del léxico diplomático, la mayoría de las veces en la sutileza cursi, es una ruina en muchos lugares y por muchos de esa profesión del mundo político.

La caída y desintegración de la Unión Soviética (URSS) en 1991, bastión comunista y de injusticias, vicios que destruyeron la virtud, fue estrepitosa y emocionante para todos los de pensamiento libre y en especial los libertos; pero después de tantos años quedan vestigios poderos de su mediocridad ideológica y su lingüística amparada en su realismo social, con sus modificaciones para resurgir, dominar y confundir por un tiempo, pues es el fin para siempre de su historia.

Al presente, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, compareció en el Senado de su país y ante las preguntas que le realizaron de formas innobles y amedrentadoras, oyó una arbitraria arenga destructiva de 7 minutos la cual resaltaba lo injustificable, como las diatribas de los diplomáticos soviéticos y los castrocomunistas en las Naciones Unidas (ONU), se dirigió un senador al jefe de la diplomacia de EEUU.

El secretario de Estado Rubio mostró su rostro imperturbable, una actitud ecuánime, civilizada y sabía, con claridad objetiva en sus respuestas ante la agresión verbal del senador miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, el Sr. Chris Van Hollen, demócrata por Maryland, EEUU, quien fue requerido en varias ocasiones por el jefe del Comité senatorial.

El canciller Rubio durante su presentación en el Comité recordó a Hollen que el individuo que defendía era un criminal peligro para la nación americana y sus palabras fueron: “Deportamos a pandilleros, incluso al tipo con el que usted se tomó una margarita [cóctel], ese hombre es un traficante de personas y un pandillero”.

Algunos apoyaban al criminal del grupo terrorista Mara Salvatrucha (M-13), deportado a El Salvador, habían dicho que estaba muy mal de salud. Por eso el presidente Nayih Bukele enseñó una fotografía del pandillero disfrutando con el senador de Maryland y dijo: “Kilmar Ábrego García, que se levantó milagrosamente de los `campos de muerte´ y la `tortura´, ahora está bebiendo margarita con el senador”.

¿Por qué Van Hollen se manifestó tan agresivo e inoportuno con el secretario de Estado? Esto demuestra el buen trabajo del canciller Marco Rubio y posiblemente existen razones más profundas que la simple defensa injustificada de un pandillero. Quizás lo que sacó de sus casillas a Hollen fue que Marco Rubio es un defensor fiel del pueblo cubano y un crítico consciente, teórico y en la práctica, contra la tiranía totalitaria comunista de Cuba.

El senador Chris Van Hollen ha sido un defensor acérrimo del régimen castrocomunista y durante su estancia en la Isla dijo: “Es un momento emocionante para estar en Cuba”. Realmente no fue por la liberación del prisionero de la tiranía cubana, el contratista Alan Gross, sino por el feliz cumplimiento de sus sueños de izquierdista, la salvación del régimen, la realización de su presencia en Cuba comunista y su encuentro con el dictador Raúl Castro.

Aquellos momentos emocionantes de Van Hollen no fueron opacados por la desnutrición severa y el síndrome depresivo que sufrió el prisionero Gross; quien estuvo injustamente encarcelado, para ser utilizado por la dictadura cubana en sus presiones políticas estratégicas contra el gobierno estadounidense. Así como muchos nacionales sufren del síndrome de Estocolmo, la conducta pos liberación del contratista estadounidense en favor de la tiranía castrocomunista me recuerda esa problemática médica.

Tal vez el senador Van Hollen esté irracional en exceso, porque la farsa política de pueblo a pueblo, un título rimbombante para engañar al contribuyente americano, promovida por el presidente Barack Obama y apoyada por él, en realidad era una sustentación directa a la junta militar comunista en Cuba. Ésta ahora choca con la verdadera y genial, la nueva política de empoderar y acercamiento al pueblo cubano en las calles y en sus propios hogares por el Encargado de Negocio de la Embajada de EEUU en La Habana, Cuba.

El embajador Mike Hammer ha visto con sus propios ojos el sufrimiento del pueblo cubano; la miseria presente en el 90 % de la población cubana. La desnutrición de muchos ancianos y el hambre cada vez más crecientes de los niños, quienes están sin leche y sin pan para desayunar. El pan es racionalizado, su peso no llega ni a 20 gramos y no corresponde a todos los niños, hasta los 13 años de edad. Hammer comprobó el mal estado de la mayoría de las viviendas y la falta de abastecimiento de agua potable, que necesitan de cubos y pomos para almacenarla y agudiza toda esa crisis humanitaria los apagones eléctricos de 20 horas diarias en casi todo el país.

El embajador Hammer ha mostrado sapiencia y heroísmo al visitar al pueblo cubano. El régimen castrista lo ha vilipendiado y amenazado y subió su tono represivo al escuchar en una conferencia de prensa en Miami a Hammer, quien afirmó que “la revolución cubana ha fracasado”. La actitud del Embajador desequilibró el raciocinio de la cúpula gobernante, que ordenó a sus voceros esbirros del libelo Granma a entregarle un mensaje: será pateado su trasero diplomático.

Sin embargo, la actitud contraria por parte de la Unión Europea, algunos de sus diplomáticos se apresuraron para encontrarse y dar su sumisión y lealtad a los pandilleros gobernantes de la mafia del Partido Comunista de Cuba (PCC). En vez de apoyar la solidaridad altruista del embajador Mike Hammer y la istración estadounidense con el pueblo cubano, símbolo de esperanza que confluirá en el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba.

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