Susana y Leliz, creadoras de Mady’s Scent. 3t6x4m
Cortesía Algunas velas de Mady's Scent.
Cortesía Las velas realizadas por las hermanas Susana y Leliz combinan diseño y aromas.
Cortesía Una peculiar cafetera con su taza de café, de Mady's Scent.
Cortesía Varios diseños de velas de la marca Mady’s Scent.
Cortesía
MIAMI— Tras un año de incertidumbre y en plena pandemia, Susana y Leliz Águila asumieron el riesgo de renunciar a sus trabajos para construir el sueño de su propio negocio. La decisión no fue fácil, pero dejaron sus temores a un lado y el 7 de febrero de 2021 nació oficialmente su marca Mady’s Scent.
Susana Águila conversó con DIARIO LAS AMÉRICAS sobre los inicios de su pequeño negocio y la dinámica de trabajo junto a su hermana. Para eso, se remontó a su infancia en su Cuba natal.
“En Cuba hacía manualidades como naturaleza muerta, collares, lo hacía en la casa, para vender en el día de las madres, por ejemplo. Siempre me gustaron las manualidades”, confesó Susana, nacida en La Habana. Ella estudió química industrial y su hermana Leliz se hizo enfermera.
Entre los años 2010 y 2013 se instalaron en Miami, donde Susana trabajaba como secretaria y Leliz limpiaba hogares. Pero la crisis de la pandemia les hizo repensar sus vidas y decidieron tomar un rumbo totalmente distinto.
“Hacía decoraciones de fiestas, pero para la familia, no como negocio”, reveló Susana. “Un día mi hermana me propone comprar una máquina para hacer pullovers con diseños, y le dije, vamos a hacer velas también. Queríamos hacer algo diferente, liberarnos de trabajar para otra gente. Así empezamos esta aventura”, sumó.
Fue así como el 21 de febrero de 2021 celebraron “nuestro primer showroom en la casa, invitamos a amistades para que conocieran lo que estábamos haciendo. Hacíamos las velas en la cocina de mi casa, en un apartamento pequeñito. Los pullovers nunca los hicimos, nos enamoramos de las velas”.
¿Alguna vez pensaron que estarían trabajando juntas en su propia empresa? Susana respondió con un “no” rotundo. “Empezamos para probar, porque siempre me han gustado las manualidades, pero hace poco hablábamos de eso en la casa, que nunca nos imaginamos que estaríamos trabajando juntas ni haciendo velas. Pero me enamoró, y cada vez que alguien ve las velas, las huele y me dice: ‘ay, pero se ven tan reales’, eso es una satisfacción tan grande que no te puedo explicar. Que a la gente les guste es un regalo, que tu trabajo marque una diferencia”, destacó.
Ante la pregunta de cómo han asumido este cambio abrupto en sus rutinas y el cuidado de un negocio propio, Susana itió: “Todavía tenemos miedo. No se imagina lo difícil que es. Las dos dejamos el trabajo. Yo salía del trabajo a las 6 de la tarde y después nos poníamos a hacer velas hasta las 3 de la mañana, porque eso lleva tiempo, son muchos detalles y uno quiere que vaya quedando bien. Ha sido difícil, tenemos muchas deudas, pero amamos lo que hacemos”.
¿Qué les motiva para mantener en pie su sueño? “Creo que el deseo de mejorar. Es el hecho de querer salir adelante y marcar una diferencia. Uno es inmigrante, llega a este país con tantos tropiezos, pasa uno tanto trabajo, que tener tu propio negocio es un logro. Es el deseo de no regresar de nuevo a lo mismo, a trabajar para otra gente. A mí lo que me motiva todos los días por la mañana es mi hija, mi motor. Y a mí me apasiona lo que hago. Estoy aquí desde la madrugada y se me va el tiempo haciendo velas”.
Y el esfuerzo da sus frutos, pues cada vez más personas conocen su marca, por eso ya la cocina del apartamento no es suficiente para el volumen de trabajo. “Hace dos meses rentamos un warehouse, trabajamos las dos, hacemos las velas totalmente a mano, y vamos a las ferias. De lunes a viernes las creamos y los fines de semana vamos a venderlas”, afirmó Susana, que suele compartir el día de trabajo con su madre y su hermana Leliz.
Aquí la inventiva no tiene límites. Tartas de limón, latas de spam, helados con frutas, juguetes, conchas de mar, arreglos de flores y muchos otros diseños muestran lo divertido que puede ser el trabajo con las velas, que a su vez ayudan a aromatizar el hogar o la oficina.
Como resaltó Susana, lo que intentan hacer al crear los diseños es dotar a cada vela del olor que se corresponde con su imagen, para que “lo visual y el olor vayan juntos”. De ahí que, por ejemplo, una vela que imita al café en una taza o una cafetera va a tener la fragancia de una coladita recién hecha. Lo mismo ocurre en el caso de las flores y de los apetitosos postres, que sorprenden por el realismo de su factura.
Para los amantes de los cócteles, hay una serie de velas inspiradas en populares tragos, y presentadas en las copas o vasos donde se suelen servir estas preparaciones, como margaritas, piñas coladas, mojitos, jarras con cerveza, martinis y hasta un whisky en las rocas.
Mady’s Scent se puede encontrar en la página de Instagram @madyscent o llamando al 305-731-8432
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